viernes, 29 de julio de 2011

Novelón


Todos los años me engancho con un novelón, pero realmente este año no he tenido suerte, no porque haya elegido mal sino porque no hay qué elegir.
Será porque sólo me limito a ver un canal de aire, siendo que hay cinco (creo) pero la oferta de novelones de este año del veintiúnico canal que veo me resulta decididamente mala. La vieja fórmula de mantener oculta la obvia razón del ridículo comportamiento de los personajes, secreto a voces para los espectadores pero misterio de la vida para los protagonistas me cansa, me desinteresa, me aburre.
No entiendo el por qué de esa fórmula donde siempre se está al borde de descubrir “el secreto” que dejaría que los personajes transcurran por una vida llena de ricos matices inciertos como es sencillamente la vida, (siempre recuerdo a mi abuela que se preguntaba por qué los novelones terminaban en casamiento si justamente es allí donde empiezan). Quizá sea porque es más fácil armar una historia repetida dentro de una estructura cerrada, de esa manera se evitan que la gente piense, que piensen los espectadores, que piensen los guionistas y que los publicitas no piensen que quizá un argumento más sesudo espantaría a los destinatarios de la tanda publicitaria que es lo único que importa en televisión.

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