lunes, 16 de abril de 2012

Tres deseos:


1- Recuperar lo que tengo dormido,
2- Que a Lulú le vaya bien en el cole,
3- Ser absolutamente independiente.

En realidad, respecto del tercer deseo “ser absolutamente independiente”, es confuso: nunca he dejado de serlo desde que me divorcié a los 30, y aunque estuve cerca de perder mi independencia cuando intentaron robar mi vida, no sucedió.

Si, estoy un poco baqueteada porque tuve que defenderme de un ataque enfermizo aunque no contagioso, que me mostró lo inconmensurablemente infeliz que puede ser una persona que ha vivido toda su vida en la pretensión y la envidia.

Ninguna novedad, siempre supe quienes me rodean.

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