
Muchos de ellos se ocultarán en nuestro inconsciente y querremos evitar
enfrentarlos, pero en el proceso de detectarlos y observarlos estaremos
iniciando un viaje vital de autoconocimiento en el que cada uno de nosotros
puede convertirse en su propio chamán.
Hasta que no hagamos consciente nuestro
inconsciente, estaremos predispuestos ante una serie de contingencias que
permanentemente amenazarán con tomar control de nuestro cuerpo y de la
dirección que lleva nuestra vida.
Cada pensamiento, cada actividad mental que
realizas, es una semilla de lo que serás.
No es necesario invocar a la magia para entender esto, sino a la más pura
causalidad, a una minuciosa concatenación de eventos y situaciones mentales. En
la medida en la que seamos capaces, a través de la disciplina, de generar
estados mentales suficientemente flexibles, podremos seguramente superar los
escollos del cuerpo.
Hay algo que está claro: el efecto placebo está lejos de ser solamente
imaginario. Así que ya sabes, programa tus métodos curativos, otórgales
propiedades extraordinarias de sanación. Es más, programa tu comida. Programa
tu ambiente. El mundo puede ser exactamente como lo programes al programarte a
ti mismo.
PENSAMIENTO
POSITIVO, OPTIMISMO
Nunca subestimes el poder del pensamiento positivo, aunque esto pueda
parecer una solución demasiado simple o hasta estúpida para un problema (el
verdadero problema yace en poder sostener el pensamiento positivo e
intencionado por una buena cantidad de tiempo).
Crea con tu imaginación hologramas etéreos fosforescentes que pululan
alrededor de tu cabeza. Sentirte sano y salvo, o creer que las cosas saldrán
bien, ayuda al cuerpo a mantenerse y repararse.
La meditación puede aumentar las vías de restauración y la salud.
Algunas personas son capaces de auto hipnotizarse, lo cual abre un amplio
campo de posibilidades auto curativas.
La auto
hipnosis es semejante a la ensoñación diurna, durante la cual nuestro estado de
consciencia se altera hasta alcanzar la zona de frecuencia alfa y nos entregamos
a nuestras fantasías. Durante la hipnosis permanecemos todo el tiempo
conscientes pero abstraídos de las distracciones exteriores.
La ensoñación
diurna es un fenómeno perfectamente normal, sano y seguro al que todos nos entregamos
con cierta frecuencia. En ocasiones, el sueño diurno está tan intensamente
orientado hacia un objetivo que es posible llegar a materializarlo de una forma
espontánea y sin una intención premeditada.
Algunos científicos creen que lo que verdaderamente tiene efectos en la
salud es el tener una intención o un sentido de propósito en la vida, sea la
que sea. Dotar a la mente de una clara intención —de curarse, de mejorar, de
aprender, etc. — es una forma de avisarle que estamos dispuestos a aceptar
transformar la realidad, que estamos abiertos a su operación etérea sobre la
falsa rigidez del cuerpo.
SUEÑOS
LÚCIDOS
Uno de los más interesantes e inexplorados campos de la autosanación son
los sueños lúcidos. Si sabemos que lo que sucede en un sueño lúcido sucede con
la misma o casi la misma potencia en el cuerpo que lo que sucede despierto, y
sabemos que la mente es capaz de detonar una serie de respuestas que
desencadenan mecanismos de sanación, entonces podemos fabricar y tomar, lúcida
y lúdicamente, nuestras propias medicinas oníricas.
El potencial de sanación de
los sueños tiene que ver también, al igual que la hipnosis, con la posibilidad
de que en estos estados podamos acceder a partes de nuestro cerebro que pueden
enviar órdenes al cuerpo con mayor determinación o simplemente usar partes que
no usamos pueda ser en sí mismo un acto saludable.
Crea con tu
imaginación un ambiente donde reine la armonía, no te fijes en los detalles
discordantes.
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